Ya
quiero que sea mañana. Estoy ansiosa. Quiero despertar y ser una mujer
diferente. Hoy me lo propuse. Una mejor y más bella mujer para mí, para luego
poder entregarme completa, a sus brazos. Una chica que se ame y se respete así
misma, que camine ligera, con la columna recta y que no se avergüence de su espalda
salpicada de negruzcos puntos y cicatrices.
Una
chica a la que una moda, color o rutina no la defina. Que no tenga una ceñida
explicación para las cosas, que siempre inste a la consideración de la otra
circunstancia. Inquisitiva.
Una
chica que se entregue con desquicio y que sepa exigir de la manera más sutil la
recompensa de sus delirantes labios.
Una
chica independiente, capaz de administrar los días para alargar los buenos
momentos, y reducir los malos, a concentraciones intensas de dolor y sanación.
Una
chica libre, pero no solo libre sexualmente, sino libre de elegir su forma de
vestir, los enunciados que pronunciará o callará. Libre de opinar. Libre de
pensar. Libre de la carga social que oprime, que aplasta.
Libre,
entendiendo esta libertad como la capacidad de escoger entre varias opciones
(conociendo esas opciones).
Una
chica que al verse al espejo no se desmorone ante la “realidad”, sino que la
perciba y la celebre, a lupa. Que se mire los poros.
Una
chica capaz de satisfacer las necesidades del otro, sin tener que sacrificar
las propias. Que disfrute la soledad.
Mañana,
quiero despertar y atreverme a ser todo lo que muchas veces había pensado
catastrófico.
Mañana
quiero ser la suma de hoy, de ayer, de toda mi vida.
Estoy
ansiosa porque sea mañana y empezar a dirigir el barco al muelle de la
ensoñación.
Cuando
amanezca habré dejado de pensar en todo el tiempo que he perdido lamentándome
no haber descubierto a la chica que hay dentro de mí, amordazándola, poniéndole
trabas.
Antes
de que el sol comience a filtrarse entre las hendiduras del departamento habré
preparado café caliente. Lo habré vertido en una taza compacta previamente
endulzada y me habré cepillado la extensa y densa cabellera.
Me
adelantaré y ahogaré la alarma del despertador. No necesito que me diga a qué
hora comenzar. Soy una mujer nueva y he comenzado ya.