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miércoles, 26 de febrero de 2014

Museo respira en el subterráneo de la ciudad


Qué otra cosa es el Metro de nuestra ciudad sino el más grande espacio en donde conviven perfumes, malos olores, rostros, religiones, gustos musicales, preferencias sexuales y por supuesto, niveles de tolerancia que a veces no logran ser regulados llegando a discusiones que terminan con el famoso “si no le gusta, váyase en taxi”.

Sin ser demasiado poéticos o exagerados, y sin pretender serlo, el Sistema de Transporte Colectivo Metro es sin duda, el museo más grande y económico de esta ciudad, ya que solo necesitamos 5 pesos para disfrutar de sus túneles, murales, instalaciones de arte abstracto naturales, exuberancias e interminables anécdotas.

A diario en sus trenes y andenes se escriben cientos de historias que conforman el presente de esta agitada y sobrepoblada metrópoli.

El subterráneo capitalino es, y ha sido siempre, escenario de conversaciones y riñas, disimulados robos, fajes, encuentros de amor a primera vista, exposiciones, conciertos y hasta balaceras, como la acontecida en 2009 en Balderas.

¿Quién no ha sufrido en él, el forcejeo y los empujones, pan nuestro de cada mañana? ¿Quién no ha sido amedrentado por los vagoneros que ofrecen al por mayor discos de todos los ritmos, desde sinfónicos hasta los más populares de charanga?

¿Quién no se ha quedado atorado debajo de la tierra esperando se supere el caos provocado por algún capitalino envalentonado (o cobarde) que ha decidido arrojar su cuerpo a las vías de los trenes o incluso, usado el pretexto “estaba lentísimo el Metro” para evitar un descuento de paga en la oficina?

En fin, quien no ha comprado un boleto del Metro y viajado en él, no ha vivido con intensidad y posiblemente no ha descubierto algunas extravagancias de esta ciudad. El Metro ha inspirado canciones, poemas, novelas, cortos, largometrajes, exposiciones...










Sus exhibiciones


Desde hace mucho tiempo toda esta ebullición ha sido tomada en cuenta por las autoridades culturales que han buscado convertirlo en un escenario de retroalimentación y exhibición del trabajo de pintores, fotógrafos, escultores, actores, músicos y artistas visuales capitalinos.

Actualmente existen diversos puntos entre las conexiones subterráneas, donde constantemente se da espacio en algunas vitrinas instaladas a propuestas artísticas, tal es el caso de Pino Suárez o Barranca del Muerto. 

San Lázaro por ejemplo, se ha convertido en uno de los foros principales para la música. La estación que conecta las líneas rosa y la B del STC, presenta todo el tiempo a diversas agrupaciones vanguardistas de rock, cumbia y hasta danzón. 



Sus murales


La luz que se filtra del día, en el Metro, es también un buen motivo para detenernos a degustar (cuando se puede) de algunos espacios, digamos “naturales” que se generan en el subterráneo.

Además están los murales de Bellas Artes, Copilco, CU, Insurgentes y Auditorio, con los que uno se puede hacer unos minutos de espacio para contemplar. 

Lo más fresco


Entre las más recientes “adquisiciones” del Metro está la instalación lumínica que se estrena en la estación Isabel La Católica. Se trata de un juego de luces de las que emana Quetzalcóatl.

La escultura kinética que posa sobre uno de los pasillos del andén norte de la recién remodelada estación, es obra del artista plástico Joaquín Jurado.

La representación escultórica evoca las escamas de la mítica serpiente con una obra destinada a sustraer a los usuarios en su cotidiano andar, mediante sonidos, movimientos y reflejos irregulares que detienen y proyectan el espacio en un solo lugar.





Publicidad vs arte


En promedio, los usuarios del Metro pasamos entre 2 y hasta 4 horas en él. Demasiado si nos ponemos a pensarlo con detenimiento, y suficiente para que sus instalaciones sean dignas y ofrezcan cada vez más propuestas para reducir el estrés dentro de ellas.

Por ejemplo, no le vendría nada mal a la red de transporte, una estación de radio que programara música tranquila y estimulante (que sustituyera el griterío de los vagoneros que elevan los volúmenes de sus bocinas sin piedad).

Tampoco echaríamos de menos si los espacios publicitarios de los andenes fueran remplazados por otro tipo de mensajes e imágenes más provocativas, que nos hicieran pensar, soñar, reflexionar, ¡sobre cualquier cosa!, sobre todo lo que somos y queremos ser como sociedad.




Su arquitectura, como las películas de ciencia ficción


Además de todo lo anterior ¿te imaginas el monstruo de estructura que conforma al Metro? Pasadizos subterráneos, puertas secretas que, según se dice conectan mediante túneles ocultos, por ejemplo, a Palacio Nacional y Los Pinos...

Hay incluso algunas versiones que narra el escritor y periodista Héctor de Mauleón en su columna “La leyenda de los túneles secretos”, que señalan que entre Auditorio y Constituyentes existe una interestación para salvaguardar a la familia presidencial en caso de guerra o que Cuatro Caminos continúa su trayecto hasta el Campo Militar donde hay una estación oculta que sirve para movilizar a las tropas hasta el Zócalo.  

¡En fin!, ¿cuánto más no podríamos hablar del Metro? Aunque sus instalaciones e infraestructura no son ni las idóneas ni las de un país de primer mundo, hoy el Metro es el más eficiente vehículo en el DF y nuestro museo, por excelencia. 









STC Metro
Lugar: Ciudad de México.
Horario: días laborales, de 5:00 a 24:00 horas. Sábados, de 6:00 a 24:00 horas. Domingos y días festivos, de 7:00 a 24:00 horas.
Costo: $5

Textos y fotos de Yuliana García




El 4 de septiembre de 1969, el Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México fue inaugurado, luego de dos años de construcción. En esa época se convirtió en el metro más moderno y de mayor extensión del mundo, superando a los de Nueva York, Tokio, Buenos Aires, París y Londres.













En 1978 durante las excavaciones para hacer la estación del Metro Talismán – Martín Carrera, que se ubica en la Línea 4, se encontraron restos óseos de un mamut (Mamuthus archidiskodon), el cual se exhibe en la estación.



52 murales distribuidos en estaciones de sus 12 Líneas conforman actualmente el acervo museístico del Metro.




















































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