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lunes, 4 de agosto de 2014

Agonizan cinemas porno en la ciudad

Aunque México se encuentra entre los diez países que consumen más pornografía las salas donde se exhiben estas cintas están sucias y en extinción.


Texto publicado en 2013 en el periódico Más por Más. 
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Por Yuliana García

Las salas de cine porno que existen en la capital están vacías. Cada vez son menos quienes se deciden a pagar 30 pesos por excitarse un rato en una de las 500 butacas del cine Ciudadela gozando de Chamba a dos manos o Sakayama tukulo, cuenta Orlando, encargado del recinto.

“Esta industria está en decadencia”, incluso el cine más importante, fundado en 1942, el Teresa, ya quebró. Por eso hemos tenido que hacer cambios y agregar cosas para que la gente se interese”, detalla el joven al mostrar las 14 cabinas particulares que existen en la tienda de juguetes sexuales que está dentro del complejo cinematográfico, el cual tiene un penetrante olor a orines.



“En estos cuartos también puede entrar la gente a ver porno, puede hacerlo en privado o en las cabinas que se conectan a través de un orificio por el cual se puede observar al otro, o si él o ella accede, tocarlo e interactuar. Esto ha jalado entre jóvenes, clientes prácticamente nulos en este negocio”, detalla el también taquillero, quien cuenta, la última vez que recuerda haber visto la sala casi llena, fue en el estreno de Corrupción mexicana (Mecos Films), “la única cinta con producción en este país que hemos exhibido”.

Las salas, que desde la entrada provocan cierta aversión por su falta de limpieza y la presencia sólo de hombres “se tienen que renovar o morir, ya que han dejado de ser un negocio y más bien se han convertido en punto para la prostitución, sobre todo de la comunidad gay.

Para las generaciones nuevas estos lugares, además de parecer demasiado riesgosos, “son parte de la historia, una artesanía o algo que sólo relacionan con el cine de ficheras. Ahora nuestros únicos clientes son viejos, los jóvenes prefieren la red, esto de ir al cine es como que a la antigüita”, explica entre risas Víctor Maldonado, gerente del cine porno Río, el cual existe desde 1947.



Aunque hace una década el cine para adultos era una mina, éste se vio mermado ante la llegada del Internet que “nos dejó fríos, ahora gracias a la tecnología se pueden descargar miles de películas y videos porno amateurs o profesionales de todos los tipos, para todos los gustos. Esto más la piratería callejera, no hay cómo competir”, puntualiza Maldonado mientras entrega su entrada a un señor de unos cincuenta años, que dice, es cliente frecuente.

Para sopesar las pérdidas de esta industria en picada, se debería invertir y trabajar sobre la producción porque al final de cuentas, la pornografía es un monstruo que siempre dejará dinero, concluye Maldonado.

“Las producciones mexicanas no existen. Los títulos son contados, como La putiza y La verganza, distribuidas por Wham Picture”, que incluso fueron reconocidos en el extranjero. Por el contrario, en EU las películas generan millones de dólares, “desafortunadamente acá no tenemos estrellas. Los porn stars mexicanos ganan una miseria, cinco mil pesos por escena, y pues quien quiere entrarle prefiere irse del país” analiza.

Y aunque aún hay gente que acostumbra pasar la tarde frente en una de las aproximadamente 18 salas que le sobreviven a esta industria en extinción, se logran al día apenas, unas 100 entradas, un número muy bajo considerando que el Ciudadela tiene 500 butacas y funciones, desde las once de la mañana y hasta las nueve de la noche.


RUTA PORNO

Teresa
Ya no es cine porno pero si hablas del tema este lugar es icónico. Es obra del arquitecto Francisco Serrano y abrió sus puertas en junio de 1942, con el estreno de "El Hijo de la Furia". Privilegiados los que aún pudieron entrar a la majestuosidad arquitectónica que representaba ese cinema de art decó en sus buenos años, incluso ya convertido en cine pornográfico en 1994. Tenía más de 3 mil butacas y acabados de lujo como una reproducción de la Venus de Canova.

Quebró para convertirse ahora en una plaza de baratijas chinas y teléfonos celulares. La gerente del complejo que alberga en el piso de arriba dos nuevas salas nos contó que nadie sabe dónde están las esculturas que decoraban la sala principal. Aunque todo está lleno de comerciantes aún se pude contemplar en lo que era el vestíbulo el mural “Bellezas Metropolitanas”.




Ciudadela
Está ubicado frente a la Plaza de la Ciudadela, en Balderas 108 bis, entre Ernesto Pugibet y Márquez Sterling. Tiene una tienda y cuenta con 14 cabinas en las que se pueden ver videos e interactuar por medio de orificios. El cine cuenta con 500 butacas. Todo el tiempo tienen títulos que sí sacan de onda o por lo menos te sacan una carcajada por su ingenio. Nos contaron que la última vez que vieron llena la sala fue con la proyección de una porno nacional “Corrupción Mexicana” (Mecos Films). (Unos días después de que fue publicada esta nota, nos enteramos que el Cine Ciudadela también cerraría sus puertas, según nos contaron, para convertirse en un salón de fiestas. Uno menos.)

Río
Existe desde 1947. Está ubicado en República de Cuba 85, casi en la esquina de Palma. Por fuera, la fachada se ve bastante afectada. Los chicos que atienden son muy amables. Tienen una tienda Erótika, que es lo que realmente ha salvado al cine por las novedades que le han ido metiendo como diferentes zonas, dependiendo si las parejas gustan de interactuar mientras disfrutan de la movie o no. Puedes comprar sobre todo, aceites y lubricantes. Van un buen de parejas adultas.

Nacional
Cuando entras hay un mural y un alebrije, sus dueños dicen que lo quieren convertir en un centro cultural pero muy enfocado en el tema de lo pornográfico y erótico.
Está en Fray Servando 290, saliendo de Metro Pino Suárez. Está bastante grande y su diseño también es como que de escalinatas y toda la cosa. Según las pancartas que tiene en el pasillo acaba de cumplir 10 años.

Venus
Este cine está en República de Chile 34, casi esquina Belisario Domínguez. Son muy herméticos para dar información aquí, incluso para venderte el ticket, no te saben dar muchos detalles. De plano sí se ve que lo visitan puros señores mayores. Por dentro está lleno de carteles de películas muy del estilo.



Savoy
Abrió sus puertas en 1943. Está dentro de un pasillo, en Paseo Savoy, en la calle de 16 de septiembre 6, casi esquina con Eje Central Lázaro Cárdenas. Ofrece proyecciones de cintas porno desde 1970, cuando solo permitía la entrada a mayores de 21 años, antes fue un cine tradicional. Tiene funciones continuas todo el día. También exhibe porno gay.


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